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¿Hasta dónde puede llegar la codicia del ser humano?... Creados en un mundo hecho y pensado para ellos con todo lo que pudiesen necesitar a cambio de lo mínimo que se les podía haber solicitado…agradecer y rezarle a sus creadores…todos creerían que agradecidos por sus bendiciones rendirían pleitesías a quienes los pusieron sobre la faz de la Tierra, sin embargo no fue así. Como un padre orgulloso velaban por sus hijos esperando retornaran los favores acatando las simples leyes que les fueron impuestas a cambio del Edén ofrecido, pero aquellos creadores cometieron un grave error al darles el libre albedrio a sus creaciones, la oportunidad de forjar por si mismos su propio destino, la oportunidad de vivir como ellos desearan haciendo lo que más les llenara de dicha, un error del cual su existencia sería el precio a pagar algo que ni siquiera ellos podían controlar….la naturaleza humana. No pasó demasiado tiempo en el que el edén fue transformado por los humanos, las virtudes con cuales habían sido bendecidos fueron fácilmente reemplazadas por sus opuestos naturales; pronto la Tierra se vio envuelta en un periodo bélico dónde la codicia y búsqueda de poder fueron consumiéndoles, fácilmente agotaron los recursos naturales acabando con la vida lentamente; los extensos bosques y prados se tornaron inhóspitos desiertos incapaces de volver a albergar la mas mínima gota de vida, el claro sobre sus cabezas dejo atrás su esplendor cubriéndose de un color grisáceo tan falto de vida que el astro Rey decidiría no volver a brindar sus dotes a una Tierra olvidada dejándolos en una oscuridad perpetua, los extensos mares e imponentes océanos se convirtieron en pequeñas lagunas tan toxicas que el beber de sus aguas significaba la muerte. Poco a poco las grandes civilizaciones diezmaron sus números, los pocos sobrevivientes se convirtieron en nómadas sin un lugar al cual ir solo impulsados por el deseo más básico de supervivencia, los autoproclamados gobernantes de la Tierra adoptaron el camino más fácil, dejar atrás es paramo para regocijarse de nuevo en el edén en los brazos de la muerte. Pero los Dioses no permitirían que aquellos humanos que les renegaron fueran bienvenidos en un paraíso para sus amados hijos, ellos sin dudarlo les dieron la espalda abandonándolos a su suerte, ahora sin la protección o vigilancia de los omnipotentes la vida dio un vuelco sin posibilidad de revertirse. ¿Pero qué pasaría con los humanos? La muerte les acechaba a cada momento pero si los Dioses les habían olvidado..¿Qué pasaría con sus almas?... ¿A qué lugar se irían? Solo había un par de Dioses que podrían responder esas interrogantes aquellos a los que se les encomendó el eterno descanso de los mortales…. los Dioses Gemelos Thanatos e Hypnos, sin embargo entre ellos la disputa fue tan grande como la misma que se había visto entre el resto de las deidades, Thanatos quería enjuiciar y condenar a cada una de las almas que pasaran a la otra vida por lo que le habían hecho a su mundo pero Hypnos deseaba llevarles al Yumekai pues no culpa del todo a los humanos por lo ocurrido si no que divide la culpa entre ellos y los dioses creyendo que merecen un digno descanso después de haber pasado por ese sufrimiento, esta discusión les llevo a refugiarse en sus mundos respectivamente iniciando una disputa que hasta la fecha perdura Los años pasaron y la vida si así se le podría llamar continuo sobre Lethe como se le conoce a la Tierra actualmente, los humanos se fueron adaptando a las precarias condiciones en las que vivían, volviéndose humanos mucho más capacitados; con una fuerza física superior y un intelecto que de nuevo utilizarían para tratar de crear una civilización. Aun así con todo esto ´sus números no incrementaban, los nacimientos era algo que no se veía desde hace muchos años lo que mantenía a los Dioses Gemelos tranquilos al menos así fue hasta recibir la visita de las Moiras, los seres encargados de forjar el destino aquellas capaces de intervenir y predecir el rumbo de cada ente sin importar si es deidad o humano. Una noticia tan importante que podría poner un peso significado a un lado de la balanza brindado un poder superior a quien los poseyera… Elef y Misia unos nombres que pudieran no ser imponentes pero que hicieron temblar a las poderosas deidades. Su nacimiento marco el inicio de una nueva era, la lucha entre los Dioses Gemelos que se había mantenido al mínimo a partir de esa fecha tomo un rumbo diferente, una guerra se desato el día en que Elef y Misia llegaron a Lethe, los dioses sabían muy bien que hacer, enviaron a sus mejores guerreros para hacerse con los infantes, la pelea entre los más fuertes duró mucho más de lo necesario, ninguno de los dos pudo cumplir su objetico pero al menos no decepcionarían del todo a sus dioses, Elef cayó en manos del Yumekai mientras su hermana termino con Thanatos. Los Dioses creyeron que con esa acción podrían detener la advertencia de las moiras pero el destino es algo que no se puede alterar ni siquiera los Dioses son capaces de hacerlo, solo ganaron un poco de tiempo hasta que la tormenta se desate por completo.